Thursday, August 23, 2007


Toda una vida dedicada a su cuartel

El Eterno Cuartelero de Villa Alemana


Ha pasado susto y vivido de todo en los bomberos

Sobre la guardia nocturna de la segunda compañía de bomberos de Villa Alemana, construyeron la que ha sido su casa, los últimos 30 años, desde allí ha visto pasar a muchas personas y crecer a otros. Esa misma casa hoy se le hace gigante y el tiempo eterno. Cuando ingresó como voluntario 10 años antes, jamás imaginó que sería testigo del desarrollo de la vida de otros desde una perspectiva poco habitual.

El “Tío Peter” a sus 75 años, se encuentra inhabilitado para ejercer la actividad que le apasionó desde su niñez y de la que hizo su forma de ganarse la vida. Aún se levanta de su asiento, frente al televisor, como reflejo condicionado, al escuchar los tonos de despacho que suenan desde el parlante colgado en el pasillo de su casa, emergencia a la cual ya no puede acudir. Esto debido a que espera fecha para realizarse una operación que solucione el doloroso problema que afecta su cadera.

Pedro Desrosiers Maggini es cuartelero de la Segunda Compañía de Bomberos de Villa Alemana, su trabajo consiste en conducir los carros bombas y mantener el cuartel y sus implementos en buen estado, y tiene que estar disponible las 24 horas del día, a cambio de su trabajo recibe un sueldo, casa, luz y agua y siempre estar atento a conducir a los voluntarios a cualquier emergencia.

Aventurero desde pequeño

Es el cuarto hijo de un matrimonio de inmigrantes franceses, nació en 1931 en la ciudad de Concepción y pasó gran parte de su niñez en los campos del sur de nuestro país. El mejor recuerdo de esa época es cuando su mamá le enseñó a montar a caballo a la edad de 5 años; con ella, modista y cantante mezzosoprano, recorrió gran parte de Chile en busca de trabajo. De su padre, -veterano de la primera guerra mundial- definido por él como “un buscavida,” heredó el espíritu aventurero, el amor por el trabajo y el campo.

Estuvo internado estudiando en diferentes ciudades, tiempo que recuerda con un poco de recelo ya que confiesa que los sistemas de esos tiempos eran casi carcelarios y en varias oportunidades estuvo castigado meses pelando papas debido a problemas de conducta y a ser peleador; de estas peleas casi siempre fue salvado por sus hermanas mayores, que siempre llegaban en el mejor momento y de las cuales guarda el mejor de los recuerdos. A los 8 años se salvó de milagro de morir aplastado en la casa donde estaba de visita durante el terremoto de 1939 en Concepción.

A los 12 años, en una escuela agrícola de Los Andes aprendió a manejar tractores y camionetas tema que lo marcó para siempre y comenzó a aprender y jugar con los “fierros,” como el los define.

A los 18 años estuvo a punto de ser enviado, por la embajada francesa, a cumplir con su servicio militar a Vietnam, el propio cónsul de Francia lo acompañó al examen físico, estando en la consulta el medico le pidió que se desvistiera para revisarlo, no quería ya que la secretaria no salía de la habitación “no se preocupe hombre los franceses no nos avergonzamos frente a las mujeres” le apuro el cónsul, recuerda entre risas, pero una vez más se salvo porque eran muy pocos los reclutas para enviar desde Chile.

Poco a poco Don Pedro se acomoda en el sillón y hace recuerdos de sus viajes y sus andanzas, de lo pícaro que fue antes de casarse y se ríe con nostalgia del tiempo que dedico también a pasarlo bien y a la farra, mientras trabajó en Santiago “claro que solo me gastaba las horas extras”, aclara, hoy se reconoce como un tipo amigo de los amigos responsable, directo, duro a veces, respetuoso y enemigo de los comentarios mal intencionados.

La mamy lucy

Con María Luz del Carmen Mora, se casó a los 22 años y fue un pilar fundamental en su vida. Sus ojos se llenan de lágrimas al momento de recordarla, falleció hace poco más de un año. Lo acompañó en todas y se sacrificó junto a él, reconoce haber tenido una vida muy dura y difícil; incluso cuando tuvieron que mentir respecto a su estado civil para conseguir su actual trabajo.

En un tiempo de vacas flacas y de no conseguir trabajo durante bastantes meses, supo de una posibilidad para un hombre soltero en una compañía de bomberos, la tomó y se mantuvieron viviendo separados durante un año.

Luego de eso renunció al servicio bomberil en busca de una mejor expectativa económica. Y viajó, solo otra vez, a manejar camiones a Punta Arenas. Pero ya había descubierto una vocación de servicio que no conocía. Claro que esa separación de la institución no duró mucho ya que lo llamaron a los tres meses con mejor sueldo y aceptando la compañía de su mujer.

Eran otros tiempos y otras reglas. Primero se hizo bombero, llegó a ser Teniente 1° y consiguió reconocimiento por 5 años de servicio. Tres años después lo obligaron a renunciar al voluntariado por cambio de contrato y compañía; en 1976 se trasladó de la Primera a la Segunda Compañía y solo mantuvo su calidad de cuartelero, encargado de conducir y mantener sus Carros bomba. Pasaron varios años antes de conseguir que le construyeran una vivienda digna para estar junto a su mujer, quien se gano el apelativo de “mami lucy”

Hombre de trabajo

Su vida comienza a las 07:30 horas revisando el cuartel, ordenando y limpiando sus joyas, los carros. A las 09:00 contesta las pruebas de equipos de radio y continúa la mantención de aparatos y mangueras. En realidad siempre se mantiene ocupado.

Luego de 40 años ya aprendió a dormir con un ojo y tiene su técnica para vestirse rápidamente al momento de sentir los tonos de alarma, “Primero se ponen los pantalones dentro de las botas así que al ponerte las botas solo tienes que subirte los pantalones y ya estas vestido”. Se considera “curado de espanto” con todo lo que ha visto y vivido en este trabajo, aunque reconoce que jamás quisiera repetir una tragedia como “lo fue el choque de trenes de Queronque por allá en el año 1982”

Se siente orgulloso de su trayectoria, record en la región, de los reconocimientos que ha recibido. Un carro bomba fue bautizado con su nombre, la Municipalidad y el Club de Rotarios, lo han homenajeado por su trayectoria, hace unos meses la Segunda Compañía lo nombró Miembro Honorario y los voluntarios lo eligieron como mejor compañero 2006

En retrospectiva lamenta no haber podido ser Ingeniero Agrónomo y haber estado más cerca del campo que lo vio nacer.

Al recordar a su María su sentimiento se hace presente y se refleja en sus añosos ojos celestes, se hace el fuerte y comenta “desde hace un año, me siento solo.”

Hace un par de meses por decisión del Cuerpo de Bomberos ha sido inhabilitado para conducir unidades de emergencia en espera de una operación que le haga recobrar la movilidad de su cadera, que le dificulta el caminar y poder subirse con agilidad a sus carros, tema que lo mantiene visiblemente afectado y doblegado. Si por problemas de salud no pudiera seguir trabajando en la actividad de su vida reconoce que extrañaría mucho la compañía de los “muchachos”, su casa, la adrenalina de los llamados y si tuviera que dejarlos le gustaría que lo recordaran como “un amigo que siempre está”.

Rolucass

Abril 2007

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